Espero que disfrutéis de mis aventuras y pueda transmitiros todas aquellas sensaciones que experimento en la montaña y que hacen sentirme cada día más vivo.

Consusa inf. y Foz de la Canal

Los barrancos no es lo mío, aunque tengo que reconocer que he disfrutado como un cochino en su pocilga.

Los "rjukaneros" (Rjukan ice) teníamos pendiente desde este invierno una quedada en piris para hacer barrancos, Arturo, que es una máquina en este y otros temas (espeleología), nos prometió una quedada disfrutona y este era el finde de tomarle la palabra, lástima que no haya podido acompañarnos Paco, que tenía otro compromiso.

 Nos lo hemos pasado genial y a las fotos me remito.

Consusa inf. es un barranco muy bonito, tiene de todo y en cantidad, vamos que es largo. No corría agua por él, pero sus pozas estaban cristalinas, la semana anterior había bajado cargadito de agua.
Cogimos un poco de tapón, pero no teníamos prisa y en cada reunión Arturo nos daba precisas instrucciones sobre diferentes formas de rapelar, asegurar a un compañero y mucho,mucho más...no me acuerdo de casi nada.



   

A la salida del barranco, nos esperaba una buena caminata hasta llegar al coche, esta fue recompensada, ya que por el camino encontramos boletus que acabaron convirtiéndose en nuestra cena.























El barranco del domingo (Foz de la Canal) era otra cosa, como dice "Chicote", puro rocanroll.




 Aquí si que había agua en movimiento y a mí me parecía mucha, aunque no era para tanto.

El barranco es más corto en longitud y mucho más vertical, el agua te arrastra en sus rápeles y la sensación es que el agua es la que manda allí y como no tengas las cosas muy claras y sepas lo que estas haciendo, seguro que va a poder contigo. Este no es un barranco de iniciación, mucho cuidadito si os queréis meter en él.





 Pudimos observar en los rápeles más largos, que hay instaladas reuniones para escalar en invierno. Que ganitas le tengo cuando esté todo congelado.


Maratón Aneto-Posets 2013



Este finde tocaba subir a Benasque con la intención de animar a los participantes en la maratón del Aneto y muy en especial a los amigos de "Rompiendo Límites", no les dige nada, mi intención era darles una sorpresa.
 Subí a primera hora de la mañana al collado de La Plana, la cota más alta por donde tenían que pasar los participantes de la maratón y de paso, ya que estaba allí, aproveché para alcanzar la cima del pico Els Corbets. Mis colegas fliparon al verme y yo estaba encantado de poder echar una mano a la organización de la prueba, en el punto de control donde nos encontrábamos.
Menudo "subidón" me lleve al ver aparecer a mi amigo Nico, venía entre los cuarenta primeros y acabó la prueba en el puesto veintisiete. Grande, Nico, muy grande.

Os dejo un enlace de todas las fotos que pude hacer antes de que muriese la batería de mi camara.
                https://plus.google.com/photos/111531061554002589318/albums/5905699027742905089

Un desayuno saludable

Todos sabemos que el desayuno es la principal comida del día, pero como se suele decir, "del dicho al hecho, va un gran trecho".

Quiero compartir, con todos vosotros, mi experiencia con esta comida. Llevo un par de años desayunando de esta forma y tengo que aseguraros que salgo de casa todos los días con las pilas cargadas y una sonrisa en mi semblante.

No soy nutricionista, médico ni nada que se le parezca, esto no es una receta milagro y posíblemente no surja el mismo efecto en todo el mundo. Os hablo desde mi experiencia personal.


 Bueno vamos al "grano".
Se necesita fruta variada, copos de avena, levadura de cerveza, zumo y hielo. Como ya os he comentado no soy nutricionista, no voy a deciros que cantidad exacta de cada ingrediente tenéis que poner, ir experimentando sobre la marcha.

Lavamos, pelamos y troceamos la fruta (tener en cuenta que frutas como la manzana tienen muchas vitaminas en su piel, no la desechéis), seguídamente ponemos la levadura de cerveza y la avena (más cantidad de avena que de levadura de cerveza) y terminamos con el zumo de frutas, en mi caso me gusta mezclar naranja y piña con uva. Para dos personas vengo a llenar el vaso de la batidora hasta la linea que indica 1,5L. Ya solo queda poner en marcha la batidora a máxima potencia y esperar unos minutos a que observéis que ha quedado todo muy bien mezclado, por último se añade uno o dos cubitos de hielo para enfriar el batido y esperar un instante a que estos hayan sido triturados.

























Me gusta acompañar el batido con frutos secos, no fritos ni salados, en mi caso, almendras, nueces y avellanas.
Bueno, espero que esta receta de desayuno saludable, surja tan buen efecto en vosotros como en mí y salgáis de casa todos los días dispuestos a comeros el mundo.

Corredor norte a la Punta Escarra (PD)

El viento soplaba fortísimo y nunca me había encontrado con una situación como esta, durante unos instantes valoré la situación y llegué a la conclusión de que no quería jugarme una caída en la arista por culpa de un factor externo, como el fuerte viento. Le dije a Paco mis inquietudes y me contesto : "lo que tu quieras, es tu montaña".

Todo empezó las Pascuas pasadas, foqueando en la estación de Formigal, alcanzamos el collado de Izas y me quedé prendado de esta montaña. Lo primero que hice nada más regresar a casa fue buscar información y con un solo click en el buscador de google, aparecieron cientos de historias y reseñas de ella, solo faltaba encontrar compañero y momento adecuado. Lo del compañero fue fácil, Paco accedió nada más ver una reseña que le envié y el momento se dio cuando las condiciones meteorológicas lo permitieron.


Madrugamos todo lo que pudimos, teniendo en cuenta que nos metíamos en el saco de dormir a la 1:30h, junto a las instalaciones del aparcamiento de las sextas en la estación de Formigal, buscando un poco de cobijo del fuerte viento que arrasaba la zona. Había leído que la actividad se empezaba desde el aparcamiento de los sarrios, pero su acceso está cerrado ya que estamos fuera de la temporada de esquí, esto se traduce en una hora más de camino, cargados como burras.

El plan era el siguiente: aproximación con esquís de travesía, escalada del corredor y la arísta, hasta la cumbre de esta bella montaña. Los planes son los planes y la realidad otra muy distinta.

Llegamos al aparcamiento de los sarrios con los primeros rayos de sol, la nieve estaba en general muy dura, congelada en algunos lugares donde el viento azotaba con más fuerza y por el contrario también se encontraban zonas de nieve polvo acumulada en ciertos sitios donde el viento la había depositado del día anterior que estuvo nevando.

En contadas ocasiones puedes disfrutar de una estación de esquí para ti solo y esta fue una de ellas, vamos que no vimos ni al "tato", ni en la estación, ni a lo largo del día.

La mochila pesaba mucho y a mí aun me parecía más, llegué al cono del corredor bastante cansado, veinte minutos de descanso para comer algo y preparar el material, fueron suficientes para recuperar todas las fuerzas y comenzar la escalada del corredor con una sonrisa en el semblante.


Tuvimos que dejar los esquís y aprovechando la situación, también nos deshicimos de la pala, sonda y bastones. El corredor estaba en perfectas condiciones para su escalada, duro, duro. Lo que es bueno para unos, no es bueno para otros y bajar esquiando una pala de nieve, en esas condiciones, encajonada con una inclinación entre 40º-55º, no es lo más aconsejable y más teniendo en cuenta mi nivel de esquí en nieves no tratadas.




La escalada del corredor resultó sencilla. Decidimos no encordarnos, como rezan todos los manuales de escalada, si no vas a poner seguros intermedios, no vayas encordado. Paco no tardó en coger la delantera, el cabrón está más fuerte que el vinagre y eso que era su primer corredor y me esperó a la salida del mismo, en un lugar seguro, fuera de la amenazante cornisa de nieve del tamaño de un autobús que nos esperaba a la salida.


El descenso, se realiza por el propio corredor, tengo que contaros que nunca había escalado con botas de esquí y tiene sus pros y sus contras.Las botas, como os podéis imaginar son muy rígidas, que por una parte está muy bien, a la hora de escalar y a la vez, esta rigidez, no te deja bajar las fuertes pendientes cara el valle, esto se traduce en más tiempo dentro del corredor al tener que destreparlo y más posibilidades de que te caiga algo encima. Para quienes no lo sabéis, los corredores son las cloacas de las montañas, por ellos discurren todo tipo de piedras y bloques de nieve que se desprenden de sus paredes.



El regreso se hizo pesado y eso que restamos unas cuatro horas de actividad, al decidir no escalar hasta la cumbre.
Esta vez no pudo ser, no siempre salen las cosas como se han planeado, pero hay que saber disfrutar cada momento de lo que tienes al alcance de tus manos, creo que a esto se le llama "alcanzar al felicidad".

Océano Pacífico III+

El circo de Barrosa, es uno de esos sitios donde te quedarías horas y horas contemplando la grandeza de la naturaleza. Tuve el placer de pasar por allí hace unos años en verano, pero el invierno...eso,eso es otra cosa y más si tenemos la suerte de que se formen sus preciosas cascadas de hielo.
Había oído hablar de estas lineas de hielo, pero no había tenido el placer de verlas y aunque no estaban formadas como debieran, dejaban entre ver todo su potencial.

Nos decidimos por "Océano Pacífico", de todas era la que mejor hielo presentaba, aunque no estaba para echar cohetes.
Decidí tomar la iniciativa y comencé el primer largo, algo vertical, entre 65 y 80 grados de inclinación, no me resultó nada difícil, el hielo estaba machacado de el paso de la gente y era muy evidente donde clavar el piolet y los crampones, aun así, resultó ser bastante peligroso porque las cordadas que nos precedían, estaban bombardeandonos con trozos de hielo, esto si que era granizar a lo bestia. Es lo que tiene escalar en piris, la masificación de las vías es inevitable.
El segundo largo era cosa de Iñigo, comenzaba un poco vertical, unos 70ºy un hielo cambiante, un poco más estalladizo, para dejar paso a una iclinación menor y a zonas con nieve fresca. Montó una reunión a "cañón", con tres tornillos, donde el hielo se veía más consistente.
Las cordadas que nos precedían ya habían salido de la cascada y dejamos de sufrir, por fin dejaban de caer meteoritos.
El tercer largo, por su inclinación, parecía ser el más sencillo y resultó ser el más complicado por la precariedad del hielo, en algunos sitios inexistente, en otros, un fino verglas sobre la roca y en otras situaciones, una fina capa de hielo de unos dos centímetros sobre nieve fresca. Todo ello, junto y revuelto, resultó ser el binomio perfecto para hacer el largo más disfrutón. Solo nos quedaba regresar a donde habíamos comenzado y para ello nos quedaba por delante una preciosa canal encajonada, donde tuvimos que realizar dos rápeles de 60m., para llegar al suelo.

Una vez más he vuelto a disfrutar de esta bella actividad, que lástima que las condiciones para su práctica, sean poco frecuentes.

Cresta de Los Quince Gendarmes (D)

Tenía muchas ganas de regresar al monte después de estos seis meses de parón, por culpa de una fisura en el astrágalo (hueso del pie), regalito que me traje de Noruega este invierno y que mejor manera que con un reto con mayúsculas.
Cuando Andrés me envió un correo planteándome la actividad, no lo pensé ni un segundo y eso que me veía bastante verde, los 15 gendarmes, bien valían la pena hacer el esfuerzo y con un compañero de cordada como Andrés, más.
Se puede acceder a la brecha de la cresta desde el ibonet de Cregüeña o desde los ibones del Alba, nos decantamos por la primera opción, argumentando que el vivac lo realizaríamos a más altitud y al ser cara sur no habría nevero que se nos interpusiese en nuestro camino.

La subida al ibonet de Cregüeña es una escalera constante que no da tregua, en su parte inicial, vas por un bosque frondoso, que se agradece su sombra e inevitablemente este se termina, dando paso al reino de las piedras.
El hotel mil estrellas nos esperaba una vez más y no defraudó, hasta que a las 5:00h sonó el despertador, había que ponerse en marcha, una maratoniana jornada teníamos por delante.

                     
 La cresta resultó ser todo lo que habíamos leído e imaginado y un poco más. Técnicamente no resulto ser tan dura, pero..., siempre hay algún "pero", físicamente acabó pasando factura.
No voy a reseñar la cresta, gendarme a gendarme, para eso tenéis a gente mucho más cualificada que un servidor, que lo hacen bastante bien, como Pako Sánchez, en su libro "Crestas Pirenaicas", si que tengo que contaros, que tiene de todo un poco: trepadas de IV+, destrepes, zonas muy descompuestas y aristas finas-finas. Y os puedo asegurar que llegamos a la cumbre del Alba, pidiendo tiempo muerto.
Todos sabemos que," todo lo que sube, baja" y eso era lo que nos causaba algo de incertidumbre, sabíamos por las reseñas que habíamos consultado, que si seguíamos la cresta en dirección este, llegábamos a una zona de rápeles que nos depositarían en el píe de la pared. Hay que tener en cuenta que nosotros habíamos dejado material en el vivac de Cregüeña y teníamos que descender por esa vertiente para recuperarlo. Alcanzar el primer rápel, resultó un tanto divertido, un  destrepe, bastante aéreo, después de todo lo que llevábamos encima, terminó por fundir los plomos.

                                      No recuerdo haber tenido que superar un mar de bloques de granito tan caótico, para regresar al vivac, las piernas decían basta, quiero descansar, lo que no sabían era que una vez llegado al vivac, recogeríamos y bajaríamos al valle, el ácido láctico, se apoderó de mis cuádriceps y recuerdo llegar "muerto" al coche.
El kilómetro más largo de mi vida y a la vez el más satisfactorio, ocho horas de escalada en cresta y quince horas de actividad en total, que dejan un sabor de boca muy dulce.